El Vía Crucis cuaresmal y el Vía Lucis, su equivalente pascual, son formas de devoción popular muy queridos, especialmente el ejercicio del Vía Crucis en el cual se recorren los momentos más sobresalientes de la Pasión y Muerte de Cristo a través de sus catorce estaciones. ORACIONES INICIALES Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
Oh buen Jesús, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame y mándame ir a Ti, para que con tus santos te alabe, por los siglos de los siglos. Amén.
Por la señal, de la Santa Cruz de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. ACTO DE CONTRICCIÓN Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme, y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
Oh buen Jesús, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame y mándame ir a Ti, para que con tus santos te alabe, por los siglos de los siglos. Amén.
Por la señal, de la Santa Cruz de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. ACTO DE CONTRICCIÓN Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme, y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
I. Primera estación Jesús condenado a muerte II. Segunda estación
Jesús es cargado con la Cruz III. Tercera estación
Jesús cae por primera vez IV. Cuarta estación
Jesús se encuentra con su Madre V. Quinta estación Jesús es ayudado por el Cirineo VI. Sexta estación La Verónica seca el rostro de Jesús VII. Séptima estación Jesús cae por segunda vez VIII. Octava estación Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén IX. Novena estación Jesús cae por tercera vez X. Décima estación Jesús es despojado de sus vestiduras XI. Undécima estación Jesús es clavado en la Cruz XII. Duodécima estación Jesús agoniza en la Cruz XIII. Decimotercera estación Jesús muerto en brazos de la Virgen XIV. Decimocuarta estación Jesús es sepultado A cada estación se suele añadir un pasaje evangélico, si lo hay, y una meditación que concluye con la frase ¡Te adoramos Cristo y te bendecimos¡ respondiendo el pueblo ¡Porque por tu santa Cruz redimiste al Mundo¡ y se reza un Padrenuestro aunque se puede añadir Avemaría y Gloria. Como el lector ya sabrá, hay algunas estaciones del Vía Crucis (como el relato de las caídas, la Verónica o el despojo de las vestiduras) están tomadas de los Evangelios apócrifos aunque la tradición cristiana las ha asumido como ciertas. Jesús Luengo Mena, Lector instituido