JUVENTUD DE PRESENTE Y DE FUTURO

Por: Francisco Javier Parrado Lira, Hermano Mayor de la Hermandad del Sol de Sevilla

El tema de la Juventud en las hermandades es una batalla que en muchos casos se está perdiendo por falta no ya de atención ó de aliento sino de adaptación de nosotros mismos a lo que nuestra juventud, la de nuestra época, reclama ó necesita.

Al igual que las hermandades se tienen que adaptar a los tiempos y se ha pasado, por ejemplo, en mayordomía de los manguitos al ordenador con el programa de contabilidad ó en secretaría a las bases de datos y las plantillas para los escritos, también las diputaciones de juventud y formación deben modernizarse y cambiar el “chip” para primero entender y comprender lo que nuestros jóvenes buscan y segundo para saber realizar actividades orientadas a esa búsqueda que la generación actual necesita.

Sabedores que las bandas de música son un aliciente que posibilita que muchos jóvenes estén reunidos de forma sana en lugar de hacer otras cosas menos plausibles, no a todos los jóvenes les llama la atención el pentagrama por lo que se deben buscar nuevas fórmulas, alternativas a las tradicionales charlas, conferencias ó proyecciones que siendo adecuadas no llaman suficientemente la atención para que la juventud se acerque a la hermandad en gran número.

Alternativas existen como la informática, el diseño web ó fotográfico, las excursiones a lugares que ellos puedan decidir, porque ahí está la cuestión, la juventud actual está lo suficientemente preparada para que puedan decidir por ellos mismos sólo hay que darles el medio y los instrumentos para que desarrollen actividades con la suficiente libertad para que puedan también sentirse igualmente responsables.

Y en lo que a las cuestiones internas de la hermandad se refiere también debemos cambiar nuestra mentalidad para ofrecerles no que limpien la plata ó colaboren mínimamente de forma meramente testimonial, démosles responsabilidad y libertad a partes iguales para que ellos puedan también ayudar al desarrollo de la corporación de una forma real, si no introducimos a la juventud en nuestras hermandades de una forma completa y leal, el futuro de las mismas puede correr un serio peligro. La perdida de valores de nuestra sociedad y el alto nivel de laicismo suponen un problema añadido al que únicamente podemos combatir con el ofrecimiento de un programa lo suficientemente atractivo y real para el enriquecimiento formativo de nuestra juventud sin perder de vista los gustos, modas y cambios que se producen en la generación que al fin y al cabo debe mantener en el futuro el legado que nosotros recibimos de nuestros mayores y para ello es necesario que la preparemos desde ahora mismo.